Como resultado del rebranding, Kai Tea logró consolidarse como una marca de referencia en el mercado de la escena alternativa. El nuevo diseño de packaging y la renovación completa de su imagen de marca, reflejaron los valores de calidad, frescura y naturalidad de sus productos, lo que les permitió destacar entre la competencia. La apuesta por la ilustración como elemento principal del packaging fue un éxito, generando un vínculo emocional con los consumidores y convirtiendo las latas metálicas en un objeto duradero en los hogares. Como resultado, la marca incrementó su visibilidad y su presencia en los puntos de venta, lo que se tradujo en un aumento de sus ventas y su reconocimiento en el mercado del té.